Descubre cómo el factoring puede ser una vía atractiva para hacer crecer tu capital mientras apoyas a las empresas peruanas.
La inversión en facturas se presenta como una alternativa inteligente para quienes buscan obtener ganancias en un horizonte temporal corto, al mismo tiempo que brindan soporte financiero a negocios formales que operan con ventas a crédito. Este modelo, que fomenta la liquidez sin generar endeudamiento adicional para las empresas, se vuelve especialmente valioso cuando se canaliza a través de gestores de riesgos con experiencia probada.
En el dinámico panorama empresarial peruano, donde mantener la liquidez es vital para la continuidad de cualquier negocio, el factoring ha emergido como una herramienta fundamental. Permite a las empresas transformar sus ventas a crédito, que de otra manera tardarían en materializarse, en dinero inmediato. Más allá de su utilidad operativa para las pequeñas y medianas empresas (pymes), esta práctica abre hoy una puerta interesante para inversionistas: la posibilidad de invertir directamente en facturas por cobrar.
¿Cómo funciona la inversión en facturas?
La lógica detrás de la inversión en facturas es bastante directa. Una empresa ya ha realizado una venta y ha emitido la correspondiente factura, pero el pago de su cliente se hará efectivo solo después de 30, 60 o incluso 90 días. Aquí es donde el mecanismo de factoring entra en juego.
«En lugar de esperar semanas o meses para recibir el pago, la empresa puede negociar la venta de esa factura con una entidad especializada en factoring. Esta compañía adelanta el monto a la empresa y, posteriormente, se encarga de cobrarle directamente al cliente. De esta manera, el proveedor obtiene liquidez de forma instantánea, sin necesidad de recurrir a un préstamo. Es crucial entender que el factoring no es un crédito, sino un adelanto sobre ingresos que ya han sido generados», explica Martín Santa María, gerente general de Liquidez Capital Perú.
Desde la perspectiva del inversionista, esta modalidad representa una opción que promete retornos estables y predecibles, sin requerir una intervención directa en la gestión de las facturas. El capital se canaliza a través de empresas expertas en el sector, quienes asumen la labor de evaluar la solvencia de quienes deben pagar (los deudores), seleccionar las facturas con perfiles de menor riesgo y gestionar todo el proceso de cobro.
Existen dos perfiles principales de participantes en este ecosistema de inversión en facturas:
- Inversores institucionales y fondos especializados: Incluyen entidades financieras, fondos de inversión privados y family offices que destinan capital a través de empresas de factoring debidamente reguladas.
- Inversores individuales: Personas naturales que pueden acceder a estas oportunidades mediante plataformas tecnológicas financieras (fintech) o esquemas de inversión colectiva.
Si bien la inversión en facturas ofrece atractivas ventajas, es fundamental ser consciente de los riesgos inherentes. El principal es la posibilidad de impago por parte del deudor. Otros riesgos a considerar incluyen aspectos operativos como posibles fraudes, errores en la documentación de las facturas o la duplicación de las mismas.
Por esta razón, Martín Santa María subraya la importancia de «realizar estas inversiones únicamente a través de empresas especializadas y formalmente constituidas, que posean rigurosos controles de gestión de riesgos.»
Para contar con una referencia de confianza en el mercado peruano, la Asociación Peruana de Empresas de Factoring (APEFAC) agrupa a compañías que adhieren a altos estándares éticos, técnicos y legales, asegurando un entorno de transparencia y seguridad tanto para inversionistas como para las empresas que buscan liquidez.
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