Descubre las prácticas esenciales que diferencian a los líderes empresariales visionarios y cómo aplicarlas en tu negocio.
Para triunfar en el competitivo mundo de los negocios en Perú, es crucial cultivar un conjunto de hábitos que te distingan. Alejandro Meza, fundador de Impulso Humano México, destaca que estas prácticas son fundamentales para cualquier empresario.
Los líderes empresariales más destacados suelen poseer cualidades como la proactividad, una sólida capacidad de planificación, persistencia, empatía y una mentalidad orientada a la victoria, entre otras. Sin embargo, existen comportamientos específicos que Meza identifica como catalizadores del éxito, capaces de potenciar a emprendedores y profesionales por igual.
Estos hábitos, según Meza, otorgan un poder considerable y son adoptables por cualquier persona con aspiraciones empresariales.
A continuación, exploramos las prácticas más valiosas para los emprendedores:
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Planificación Estratégica Concisa: El exceso de planificación puede paralizar la acción. La recomendación es ser riguroso al definir estrategias, estableciendo objetivos y metas realistas y claras. Las tácticas deben ser tan contundentes como la estrategia. Mantén tus objetivos siempre a la vista, comprométete contigo mismo y con tu entorno laboral. Ver tus metas de cerca refuerza tu compromiso; una vez expresados tus propósitos, es difícil retractarse.
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Discernimiento entre Decisiones Comunes y Fundamentales: Es vital comprender que no todas las determinaciones tienen el mismo peso. Las decisiones comunes no alteran la estructura central de tu negocio o proyecto, mientras que las fundamentales sí. Un ejemplo de decisión fundamental sería establecer una sociedad, definir porcentajes de participación o acordar una forma específica de intervención con un cliente. En contraste, elegir colores para un logo o decidir una ruta para una tarea son decisiones comunes.
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Control de Impulsos: Evita actuar o decidir precipitadamente. Tómate el tiempo para reflexionar y madurar tus ideas. Lo ideal es pensar con calma; la acción puede esperar hasta haber sopesado adecuadamente las opciones, incluso hasta el quinto día.
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Prioriza a las Personas sobre el Negocio: Recuerda siempre que la persona está primero, luego el negocio. Antes de redactar un correo, iniciar una conversación o emprender cualquier acción, ten presente esta premisa. Si la empatía genuina surge, permítela fluir. Invitar a un cliente a comer, asistir a un evento deportivo o simplemente observar sus intereses y compartir una actividad, demuestra que valoras la relación más allá de lo transaccional. Las personas aprecian enormemente cuando demuestras haber investigado o notado sus preferencias.
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Separación entre lo Personal y lo Laboral: Si decides invitar a un cliente importante a pasar tiempo contigo, es fundamental mantener espacios claramente definidos, como tu hogar y tu círculo familiar cercano. Si bien podrías invitarlo a un evento social significativo (una fiesta de 15 años, una boda), evita actividades más íntimas como una parrillada en tu casa.
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Ofrece Valor Adicional, No Solo Descuentos: Un descuento excesivo, superior al 15% o 20%, puede proyectar una imagen de necesidad. Para destacar, enfócate en aportar más valor a tus clientes en lugar de solo reducir precios.
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Cultiva Constantemente tu Red de Contactos: Ampliar tu lista de contactos es un factor diferenciador clave para el crecimiento. Mantente siempre en la búsqueda activa de conocer nuevas personas.
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Despierta el Interés Gradualmente: No reveles toda la información de inmediato; espera a que te pregunten. Evita mostrar desesperación por promocionar tu servicio o producto. Comienza por mostrar un interés genuino en lo que los demás hacen.