Entiende tus derechos y estrategias para recuperar deudas ante la insolvencia de un deudor.
¿Qué sucede cuando una empresa peruana entra en quiebra?
Cuando una compañía en Perú se declara en insolvencia formal, los acreedores, es decir, quienes tienen una deuda pendiente por cobrar, no pierden automáticamente su derecho a recuperar ese dinero. Sin embargo, la dinámica cambia: ya no pueden exigir el pago de forma individual. En cambio, deben participar activamente dentro de un proceso concursal establecido por ley. Esto implica formalizar y verificar sus créditos, y tener voz en las decisiones colectivas sobre cómo se administrarán los activos de la empresa y cómo se venderán para intentar saldar las deudas.
El marco legal: Ley General del Sistema Concursal
La normativa que rige estas situaciones en Perú es la Ley N° 27809, conocida como la Ley General del Sistema Concursal. Esta ley define los procedimientos a seguir cuando una empresa no puede cumplir con sus obligaciones financieras, estableciendo dos tipos de procesos concursales para ordenar la liquidación o reestructuración de la empresa deudora.
Señales tempranas de problemas financieros
Según Giovanni Medrano Ríos, CEO de Flujolink, las dificultades financieras de una empresa raramente aparecen de la noche a la mañana. Suelen manifestarse a través de indicadores de alerta que, si se detectan a tiempo, pueden ser cruciales. Algunas de estas señales incluyen:
- Aumento constante en los pagos atrasados de clientes.
- Deterioro en la comunicación con proveedores o clientes.
- Cambios negativos en los principales indicadores financieros.
- Solicitudes inusuales de postergar pagos o de ampliar líneas de crédito.
- Cambios repentinos en el equipo directivo o en la estructura de la empresa.
La importancia de la prevención para los acreedores
Medrano enfatiza que identificar estos indicios de manera temprana es fundamental. Actuar de forma preventiva y mantener una comunicación fluida y constante con los clientes puede marcar una gran diferencia. Para un acreedor, la prevención comienza incluso antes de que se concrete una venta o se otorgue un crédito. Algunas prácticas clave son:
- Evaluar la solvencia de los clientes antes de otorgar crédito.
- Exigir garantías siempre que sea posible para respaldar la deuda.
- Diversificar la cartera de clientes para no depender excesivamente de uno solo.
- Monitorear continuamente los hábitos de pago de los deudores.
- Mantener una comunicación abierta y regular para anticipar problemas.
Estrategias de mitigación y negociación
Ante la detección de problemas, un acreedor puede tomar medidas inmediatas para reducir riesgos. Esto podría incluir la restricción de créditos, la solicitud de pagos por adelantado o el ajuste de las condiciones comerciales. El objetivo es evitar que las deudas pendientes se acumulen hasta un punto donde su cobro se vuelva extremadamente difícil.
Al negociar con un deudor que atraviesa dificultades, la cautela es esencial. Antes de otorgar facilidades o reestructuraciones de deuda, es vital que el acreedor comprenda a fondo la situación financiera real del deudor. Cualquier acuerdo debe ser formalizado por escrito, y siempre que sea posible, se deben buscar garantías adicionales para proteger la inversión.
Es importante recordar que ciertas concesiones o beneficios otorgados justo antes de que una empresa declare la quiebra podrían ser anulados legalmente. Por ello, buscar asesoría profesional de expertos en cobranza y negociación puede evitar sorpresas desagradables y asegurar las mejores condiciones posibles para la recuperación de la deuda.
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