Descubre cómo optimizar tu negocio con esta herramienta digital y expandirte por la región.
La facturación electrónica, inicialmente vista como una obligación impuesta por gobiernos para mejorar la recaudación y combatir la informalidad, ha evolucionado significativamente. Hoy, trasciende su rol de mera formalidad legal para erigirse como un poderoso motor de crecimiento, eficiencia y competitividad para las empresas de la región.
Un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) revela que aproximadamente 90 países a nivel mundial han adoptado o están en proceso de adoptar la facturación electrónica, de los cuales 17 se encuentran en América Latina y el Caribe. Esto subraya su creciente importancia en el panorama empresarial global y regional.
María del Carmen Aguilar, consejera regulatoria para Latinoamérica en Sovos, enfatiza que el mero cumplimiento de la ley es solo el umbral. La verdadera diferencia entre una empresa que aspira a la supervivencia y otra que busca la expansión radica en cómo se capitaliza esta herramienta para lograr eficiencia operativa y una visión estratégica.
Más allá de simplificar trámites, reducir costos operativos y agilizar las auditorías, la facturación electrónica desbloquea beneficios de mayor calado:
- Acceso a financiamiento: Los comprobantes electrónicos constituyen una fuente de información sólida y confiable para instituciones bancarias y financieras, facilitando el acceso a créditos y capital.
- Expansión regional: Simplifica la incursión en nuevos mercados donde la facturación electrónica ya es un requisito, eliminando barreras de entrada.
- Impulso a la transformación digital: Fomenta la integración con los sistemas de gestión internos de la empresa y allana el camino hacia la automatización de procesos clave.
- Nuevas oportunidades de negocio: El cumplimiento normativo riguroso genera confianza y abre puertas a acuerdos comerciales con compañías que exigen altos estándares de control y políticas internas.
Para que las empresas realmente aprovechen el potencial de la facturación electrónica como catalizador de su crecimiento, la metodología de implementación es crucial. Aguilar sugiere tres prácticas recomendadas:
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Utilizar plataformas unificadas para la facturación electrónica multinacional
Cada país latinoamericano posee normativas y requisitos específicos para la facturación electrónica. Optar por una plataforma centralizada que gestione el cumplimiento en múltiples mercados evita la duplicación de esfuerzos y sistemas, y minimiza la exposición a riesgos regulatorios. Por ejemplo, una empresa peruana que planea expandirse a México o Chile puede centralizar la gestión de sus obligaciones fiscales locales desde una única plataforma, en lugar de tener que rediseñar su sistema de facturación para cada nuevo territorio. -
Estandarizar los procesos de cumplimiento normativo
Homogenizar la forma en que se emiten, validan y reportan los comprobantes electrónicos en toda la organización es una estrategia fundamental para mejorar la eficiencia. La estandarización no solo reduce la probabilidad de errores, sino que también optimiza los costos operativos y asegura la generación de información fidedigna. Imaginemos a un director financiero que supervisa operaciones en cinco países: al aplicar un protocolo interno estandarizado para la validación de facturas y la consolidación de informes, podrá realizar comparaciones precisas entre mercados, obtener reportes en tiempo real y anticipar riesgos con mayor agudeza. -
Integrar la facturación electrónica con los sistemas internos de la empresa
Cuando la facturación electrónica se conecta fluidamente con el sistema de planificación de recursos empresariales (ERP), la contabilidad, la gestión de inventarios o el sistema de gestión de relaciones con clientes (CRM), se convierte en un proceso ágil y escalable. Esta integración garantiza la continuidad operativa ante eventuales cambios regulatorios y facilita una toma de decisiones estratégicas más informada. Un caso práctico sería si una nueva norma tributaria entra en vigor en Perú: en lugar de rediseñar todo el flujo de trabajo, la integración permite actualizar el sistema sin interrumpir las operaciones. En el sector retail, por ejemplo, cada venta podría generar automáticamente la factura electrónica correspondiente, actualizar el stock de inventario y registrar la transacción contable sin intervención manual.
La siguiente frontera en este ámbito estará marcada por la analítica avanzada y la inteligencia artificial, que están transformando los comprobantes electrónicos en valiosas fuentes de información estratégica. Esto permitirá a las empresas identificar patrones de consumo, prever fluctuaciones financieras y optimizar sus flujos de caja con una precisión sin precedentes. Asimismo, la integración con métodos de pago digitales y sistemas globales de cumplimiento está configurando un ecosistema empresarial cada vez más interconectado y competitivo.
Las organizaciones que adopten plataformas multinacionales con sistemas integrados para su facturación electrónica no solo cumplirán con la ley, sino que también sentarán las bases para un crecimiento ágil, escalable y con una clara visión de futuro, al tiempo que mitigan significativamente los riesgos operativos en toda la región», concluye la experta.
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